Aunque suene a auténtica parida, no me resisto a plantearlo. Leía ayer un comentario entre nodos de hacer una “quedada” y ¡ya está!, se me encendió esa luz tonta de las bromas que tenemos. Pokequedada... Coopequedada... Coopemon Go, etcétera. Juro que no he jugado nunca al Pokemon, y de hecho, por no tener, ahora mismo no tengo ni smartphone. Apenas juego con otras cosas que con la pelota y las palabras, pero esto de hacer de Faircoin una moneda jugona pone (no, tampoco tengo todavía ni un Faircoin).
El mismo Pokemon Go, que ya se fue de vacaciones, volverá o resucitará con otros avatares y más cargante que nunca porque después de todo la idea de realidad aumentada, de interpenetración creciente de entornos físicos y virtuales, está para quedarse. Hasta la podemos tomar un poco en serio. Incluso se han hechos concienzudos estudios para comprender el súbito decaimiento de PG (http://noticiasdelaciencia.com/not/26573/una-investigacion-explica-el-fracaso-de-pokemon-go-tras-revolucionar-el-mundo-de-los-videojuegos/ ).
Como dice ese estudio dirigido por Aarón Rodríguez, PG había conseguido romper tanto barreras generacionales como el rol aislado del videojugador aun jugando en red (dos aspectos realmente sobresalientes). Si la cosa ha decaido ha sido, según el investigador, porque “las dinámicas de juego se agotaban muy rápidamente.Todos los jugadores sabían lo que querían hacer, pero la compañía no respondió a ese interés de interactuar más; lo el público quería era intercambiar pokémons, luchar entre ellos, un videojuego más comunitario, pero la compañía frenó en esta oferta e hizo fracasar el videojuego.”
Hasta aquí el estudio del equipo de Rodríguez. Podemos apostar a que ni Niantic ni Nintendo han tirado el hueso y que harán lo imposible por resucitar al muerto. Ahora bien, ¿y qué si en vez del contraataque corporativo la que contraataca es FairCoop con su defensa de las causas más nobles? ¿Qué si con Coopemon Go (o como queramos llamarlo) hacemos por cambiar las reglas y la mentalidad de tanta tonta batallita?
Recuerdo que cuando éramos chavales a muchos de nosotros la mayor parte de los juegos nos aburrían porque parece que tienes que competir quieras que no y aunque no te apetezca lo más mínimo (nada sutil invitación a la vida). En realidad, sólo los más brutos encuentran verdadera motivación en estas rebatiñas.
La verdad es que tal como estamos hechos por el entorno es absurdo negar la importancia de la parte competitiva en nuestras motivaciones. Al menos, para la mayoría de la gente. Sin esa chispa de competición los juegos “degeneran” para los más en cosas más didácticas y tontorronas. Tiene tela, pero así se suele ver y sentir. Ahora bien, no hay porqué ponerse didácticos o edificantes. Si el agonismo de los juegos procura utilizar la cooperación en beneficio de la competición, como lo vemos en casi todos los juegos de equipo, lo que podemos hacer es, para ese otro público de jugones y jugonas potenciales y para todos en general, usar la competitividad en beneficio de la cooperación.
En vez de cooperar para competir, si ya tenemos el bicho, competir por cooperar.
En vez de vampirizar lo material con lo virtual, si ya estamos más en lo virtual, usar lo virtual para volver más a lo material.
Y de hecho este giro hacia la aproximación y convergencia en las interacciones ya estaba presente en el Pokemo Go y fue la misma compañía la que abortó su potencial. Miremos de cerca lo curioso, lo extraño de este monumental tropezón corporativo. ¿No es realmente increíble? Increíble, tal vez, pero en absoluto casual.
Quizá, simplemente, estas dinámicas no son lucrativas; o tal vez a ellos se les antojan disonantes con “la realidad en que vivimos”. Tanto peor para ellos, y tanto mejor para los que sepan coger el mensaje. Pero creo que aquí hay una clarísima oportunidad para... Coopemon Go, o el nombre que le demos al invento.
De modo que esto se va poniendo interesante. Claro que no se puede perder la chispa de genuina diversión en todo esto. Tampoco estoy pensando en que Faircoin se convierta en otra opción del mundo criptogamer, del que, ya lo digo, no puedo estar más alejado. Se trata simplemente de seguir ahondando en la creación de otras dinámicas, tal como estáis haciendo en FairCoop desde hace años. Y el estudio de las dinámicas de juego en la realidad extendida nos ayuda a vernos mejor a nosotros mismos, niñas y niños apenas disfrazados.
Como recién llegado poco puedo juzgar, pero veo que muchos integrantes de este movimiento se lamentan de la escasez de contacto directo, de la dificultad de llevar las cosas “abajo”. Cabe imaginar en detalle cómo podría ser este auténtico “gamechanger”. En cualquier caso estoy seguro de que yacen aquí un montón de ideas interesantes sobre interacción y todo lo demás que merecen ser alegremente exploradas.
Decía hace poco Sfkls que es al cerrar círculos económicos cuando de verdad se siente el poder de esta revolución. Y no sólo económicos, podemos añadir. La magia de cerrar círculos es que se parece tanto a crearlos, aunque no haya sido ése el caso en absoluto. Ocurre lo mismo con el círculo de la comprensión, o el de la comunicación, cuando un mensaje perdido en el limbo encuentra finalmente a su público o a su destinatario.
Así que propongo una discusión para crear un laboratorio abierto "Coopemon Go" sobre dinámicas coperativas circulares que sean divertidas, motivantes y excitantes sin necesidad de basarse en el principio de compensación. Más o menos lo que hace FairCoop, pero con otro contexto y entorno de experimentación. Y sinceramente, creo que aquí yace un gran potencial tanto para la difusión de FairCoop como para la mejora continua de nuestras prácticas.
Yo por si acaso voy a comprarme pronto un taco de Faircoins no sea que a algunos se nos ocurra concretarlo.
Como hubiera dicho Chiquito de la Calzada: Coopemon Go!